Historia

Panorama educativo de Villa Dolores a comienzos del siglo XX

A comienzos del pasado siglo, Villa Dolores era sól un villorio cuyo radio urbano se extendía cuatro cuadras, desde la Plaza Argentina, hacia los cuatro puntos cardinales. Su población se dedicaba con preferencia a las actividades agrícolas y ganaderas. Dentro del Departamento San Javier ocupaba el primer lugar ya que contaba con municipalidad desde 1883, una apreciable cantidad de familias y era centro de curato. Aunque en lo económico era superada por la vecina Villa de San Pedro. Villa Dolores mantenía la supremacía en cuanto a la expansión de la cultura se refiere. Al llegar el año 1905 la pequeña villa adquirió cierta fisonomía de ciudad al aglutinar a numerosos pobladores venidos desde distintos puntos de la zona. El ferrocarril era la causa de aquel desplazamiento.

Calle Alejo Carmen GuzmánDesde que el fundador material del pueblo, Pbro. Juan Vicente Brizuela, se convirtiera en el primer maestro, fueron creándose algunas escuelas de primeras letras por iniciativa de la parroquia y de particulares, y luego por la municipalidad departamental. Así surgieron modestos establecimientos en casas de familia o en precarios edificios contratados por las autoridades. Iniciado el siglo XX Villa Dolores contaba con unas diez escuelas primarias, la mayoría fundadas en el pasado siglo. Se encontraba en pleno funcionamiento la Escuela Nocturna para adultos, una Escuela Municipal de Tejidos y Artes Manuales para niñas.

Los problemas mas graves estaban relacionados con la precariedad de los locales escolares, las deficiencias sanitarias y la falta de maestros en número suficiente. Sólo las dos Escuelas Graduadas fundadas en 1876 contaban con un edificio en relativas condiciones. En 1900 se crearon las Academias Pedagógicas para maestros rurales. La instalada en Villa Dolores funcionaba en el edificio de las Escuelas Graduadas; se dictaban tres cursos durante enero y primera mitad de febrero. Pese a tan importante aporte, la falta de locales y la escasez de maestros impedían cubrir la demanda de la cada vez más numerosa población en edad escolar. El problema de la carencia de docentes sería subsanado, a partir de 1910, con la fundación de la Escuela Normal Rural Mixta de Villa Dolores.

Fundación de la Escuela Normal Rural Mixta de Villa Dolores 

Calle ItaliaEl rápido crecimiento demográfico experimentado por Villa Dolores a partir de la inauguración, en 1905, del ramal ferroviario La Toma-Villa Dolores, convirtieron la modesta aldea en centro económico y cultural del Oeste, con un radio de acción que se extendía hasta Quines, en San Luis, y los llanos riojanos. No obstante el apoyo brindado a la educación popular se carecía del adecuado número de maestros para responder a las necesidades educativas de la población densa en edad escolar. La contratación de maestros normales no resultaba fácil puesto que Traslasierra era considerada zona carente de mayores posibilidades, imposibilitada de competir con otros centros de la provincia. La paralización casi total de las actividades mineras, la marginación del proceso de incipiente industrialización y el éxodo de familias a pesar de la explotación intensiva de la riqueza forestal, eran realidades que repelían a los foráneos. Los maestros normales preferían desarrollar su acción en otras latitudes y no en la tierra marginada del progreso, sin vías de comunicación suficientes. Su potencial económico dormía y aún duerme, en el seno de la tierra.

Los hombres afincados en el solar de la misteriosa «Ciudad de los Césares» anhelaban un cambio transformador, la modernización social y cultural; pero la mayoría no comprendió que ese cambio podría darse a través de la educación popular. Sólo algunos creyeron en la misión transformadora de la escuela, no como simple medio de instrucción, sino como agente vital de progreso. Y fueron los mismos maestros los que concibieron el proyecto de crear en Villa Dolores una Escuela Normal.

Corría el año 1903. Con motivo de un encuentro de docentes, y ante el anuncio formulado por el cura párroco Gregorio Rodríguez acerca de la erección de un colegio de varones, nivel primario, el incansable educador don Dídimo Argañarás con el apoyo de Juan Mercau, presentó la iniciativa de crear una Escuela Normal. En dicho establecimiento cursarían el magisterio no sólo los jóvenes del medio sino también los hijos de las familias de Traslasierra y provincias vecinas. Mas el proyecto no encontró el suficiente apoyo ni del pueblo en general ni de las autoridades comunales. Una de las causas fundamentales de aquella apatía era el recelo que tenía la comunidad acerca de la formación que brindaban las escuelas normalistas. La educación mixta y laica chocaba con el espíritu profundamente cristiano de la población que consideraba inadmisible la convivencia en la misma aula de varones y mujeres, y la ausencia de toda orientación religiosa. A pesar del fracaso inicial, los gestores de la propuesta continuaron en su prédica hasta lograr interesar a miembros del gobierno municipal y hombres de prestigio dentro de la sociedad, como Cenobio Soto y Ramón Arrieta. La constancia logró réditos positivos y en 1908, Cenobio Soto y Ernesto Arrieta suscribieron un petitorio que fue firmado por autoridades y padres de familia y elevado a la Cámara de Diputados de la Nación. Allí recibió el apoyo de diputados cordobeses, puntanos y riojanos que defendieron con ardoroso entusiasmo la creación en Villa Dolores de una Escuela Rural.

Decreto de Fundación

En tanto se libraba la batalla en las más altas esferas del gobierno nacional a favor de la creación de una escuela en Villa Dolores, las autoridades comunales y entes representativos de la comunidad, gestionaban ante la provincia la cesión, en calidad de préstamo, del edificio donde funcionaban las dos escuelas graduadas. El gobierno nacional, que había dispuesto la creación de seis escuelas normales, consideró justificada la petición cursada por el pueblo villa dolorense al tener en cuenta el dilatado espectro geográfico y social que abarcaría el futuro establecimiento, ya que se beneficiarían, además de Traslasierra, numerosas poblaciones de San Luis y La Rioja.

Acordada la cesión del terreno y edificio a la Nación por la provincia de Córdoba, el Poder Ejecutivo Nacional promulgó el siguiente decreto:

Buenos Aires, enero 17 de 1910.

CONSIDERANDO:

  1. Que el número de maestros con que actualmente cuenta la Nación, para impartir la enseñanza primaria, no alcanza a llenar las exigencias de la población escolar de toda la República;
  2. Que el problema que plantea la falta de maestros se agrava por las resistencias que oponen los graduados en las ciudades, cuando se intenta destinarlos a la enseñanza en la campaña o en pequeñas poblaciones suburbanas;
  3. Que con el fin de obviar esas dificultades, el Poder Ejecutivo creó el año pasado, la institución de la Escuela Normal Rural, procurando establecerla dentro de la misma región en que los egresados deben desarrollar su acción;
  4. Que el Poder Ejecutivo solicitó y obtuvo del H. Congreso los fondos necesarios para organizar, en el presente año, escuelas normales rurales en diversos puntos del país,

El Presidente de la República
DECRETA:

Artículo 1.- Fúndase las Escuelas Normales Rurales Mixtas:
Provincia de Santa Fe: Escuela Normal Rural Mixta de San Justo.
Provincia de Entre Ríos: Escuela Normal Rural Mixta de Victoria.
Provincia de Córdoba: Escuela Normal Rural Mixta de Dolores.
Provincia de Santiago del Estero: Escuela Normal Rural Mixta de La Banda. Provincia de La Rioja: Escuela Normal Rural Mixta de Chilecito.
Provincia de Salta: Escuela Normal Rural Mixta de Rosario de la Frontera.
Territorio Nacional del Chaco: Escuela Normal Rural Mixta de Rosario de Resistencia.

Artículo 2.- Nómbranse Directores de las Escuelas Normales a que se refiere el artículo anterior, a los siguientes profesores normales:
De la Escuela e San Justo, al Sr. Juan O. Gauna.
De la Escuela de Victoria, al Sr. Alejandro G. Sánchez.
De la Escuela de Dolores (Córdoba), al Sr. Cecilio Duarte.
De la Escuela de La Banda: al Sr. Martín Uriondo.
De la Escuela de Chilecito, al Sr. Luis Robín.
De la Escuela Rosario de la Frontera, a la Srta. Carmen Salas.
De la Escuela de Resistencia, al Sr. Justo P. Faría.

Artículo 3.- Los Directores nombrados presentarán a la brevedad posible una lista de candidatos en condiciones de desempeñar los cargos directivos y docentes de las respectivas escuelas.

Artículo 4.- Los sueldos del personal a que se refiere el presente decreto, se imputarán a las partidas respectivas de la Ley General del presupuesto para el corriente año.

Figueroa Alcorta – R. S. Nación

La publicación del decreto despertó un manifiesto regocijo en Villa Dolores y su amplia zona de influencia, los esfuerzos de don Dídimo Argañarás, Juan Mercau, Cenobio Soto y muchos otros ciudadanos, más el aporte invalorable de los diputados cordobeses, puntanos y riojanos, habían logrado hacer realidad lo que parecía inalcanzable. Ahora sólo había que aguardar la presencia del flamante director Cecilio Duarte en Villa Dolores.

El arribo a Villa Dolores del profesor Cecilio Duarte, proveniente de la Capital Federal, originó una gran expectativa. Esto ocurría a fines de enero. De inmediato se abocó a la tarea de obtener información acerca de las posibilidades que ofrecía el medio para el funcionamiento de la escuela, además de constatarse con algunos posibles candidatos a desempeñarse como maestros y catedráticos. Al mismo tiempo efectuó un relevamiento de la población escolar y una observación minuciosa del edificio cedido por la provincia.

Se observa la preocupación del director Duarte por poner en funcionamiento todos los grados del Departamento de Aplicación y la conveniencia de darle a la enseñanza normalista una orientación práctica.

El propósito del director de habilitar todos los grados quedó frustrado al informársele que sólo funcionarían 4°, 5° y 6° grado; además se ponía en su conocimiento que la provincia de Córdoba cederá bancos, libros y útiles, que pertenecían a las escuelas graduadas, hasta tanto la Nación provea al establecimiento de dichos elementos.

Inauguración del Curso Normal

Cecilio Duarte - 1º DirectorDesde su arribo a Villa Dolores, Cecilio Duarte abrió la preinscripción para el curso normal, y a fines de febrero habíanse inscripto 14 varones y 20 mujeres.
En un marco de franciscana sencillez pero de profunda emotividad el 1 de marzo de 1910 se inauguró el año lectivo en el edificio de calle San Luis donde habían funcionado las escuelas graduadas provinciales.

Resulta fácil a la imaginación trasladarse al viejo solar y dibujar aquel momento. El verano anunciaba su agonía en el verde pálido del paisaje. Una juventud idealista, soñadora, el personal directivo y docente y el pueblo villadolorense iniciaban la etapa más brillante de la vida educativa de Traslasierra. La palabra conmovida, los ojos juveniles abiertos a la esperanza, el aletear de la bandera en el rústico mástil y esa vibración que se percibe casi intangible al compartir idénticos anhelos, parecen revivir en el tiempo perpetuados en el alma normalista.

Primeros alumnos normalistas

Al iniciarse las clases el número de alumnos alcanzaba a 34, pero a mediados de marzo habían solicitado su inscripción 8 nuevos aspirantes provenientes de localidades puntanas, integrando un contingente de 42 alumnos de los que 3 desistieron.

De estos 39 alumnos que con su presencia y aporte personal materializaron la puesta en marcha de la Escuela Normal Rural, sólo 23 lograrían arribar a la anhelada meta en 1911, pero todos ellos se han hecho acreedores al reconocimiento de las generaciones posteriores como los pioneros de la hora inicial.

Departamento de Aplicación

La creación de la Escuela Normal Rural, nivel secundario, llevaba implícita la existencia paralela del Departamento de Aplicación ya que desde su seno debían nutrirse los cursos del magisterio y servir, al mismo tiempo, de campo de práctica pedagógica.

Al carecer el edificio de mayores comodidades, sobre todo de aulas, el Ministerio dispuso que sólo se habilitaran los tres últimos grados, dejando abierta la posibilidad de completar el nivel en el caso de conseguirse otras instalaciones y maestros disponibles.

La puesta en funcionamiento de la Escuela Normal Rural de Villa Dolores abrió nuevos cauces a las aspiraciones culturales de la zona. Además de convertirse en el único centro donde podían cursar los jóvenes de Traslasierra el magisterio, permitió detener, en parte, el éxodo de un apreciable número de adolescentes que año tras año, emigraban a otras latitudes para continuar estudios secundarios. Al mismo tiempo, facilitó el acceso a la enseñanza media de aquellos jóvenes pertenecientes a familia de escasos recursos gracias al sistema de becas implementado por el ministerio.

La Escuela Normal, por obra de hombres visionarios, habíase convertido en foco de irradiación cultural y sembradora del abecedario.

El edificio escolar

Fachada de la Escuela NormalUno de los más graves problemas que debió resolver el director Cecilio Duarte fue el edificio donde funcionaría la escuela en sus dos niveles. El gobierno nacional no contaba con una propiedad en el medio ni había previsto la construcción de un local a tales efectos. Frente a esta situación se recurrió a la provincia. Allá por el año 1886, al disponer el gobierno de Córdoba la construcción de un edificio para la instalación de las dos escuelas graduadas recién creadas, la Municipalidad de Villa Dolores había donado un extenso solar situado entre las actuales calles Brizuela, Sarmiento, San Luis y Avda. San Martín. Aprobado el proyecto de la obra, la misma le fue adjudicada a Juan Bernardón que concluyó los trabajos en 1888.

En dicho año se procedió a la inauguración del local a cargo de los inspectores Sársfield Escobar y Agustín Salcedo y el director del establecimiento, don Dídimo Argañarás. Aprobada la creación de la Escuela Normal, se acordó con la Provincia de Córdoba que las dos escuelas graduadas pasarían a constituir el Departamento de Aplicación, cediendo la provincia a la Nación la propiedad y el edificio, en calidad de préstamo.

El nombre de nuestra Escuela

En 1936, cuando esta Escuela tenía 25 años de labor, por disposición ministerial otorgada el 1 de julio, y ante la solicitud formulada por la Comisión de Residentes Cordobeses del Oeste, el entonces presidente de la Nación, Agustín P. Justo, da el nombre de «Dalmacio Vélez Sársfield» a la Escuela Normal de Villa Dolores.

Vélez Sársfield fue un notable estadista y jurisconsulto que participó en la creación del orden civil de la patria. Nacido en Córdoba, actuó en Buenos Aires, destacándose por su talento, caudal de conocimiento e ingenio. Fue diputado, ministro provincial y nacional, constituyente y senador nacional. Manifiesta su pensamiento en el foro, en la prensa, en la catedral, en el parlamento, sobresaliendo siempre como jurista. Autor del «Código Civil Argentino», sancionado por el Congreso a libro cerrado, la visión de futuro que volcó en él, es aún motivo de orgullo nacional.